martes, 17 de abril de 2012

קֹהֶלֶת

El Eclesiastés se pregunta cómo afrontar la vida, ya que nada en ella es seguro excepto la muerte. Tiene un tono marcadamente existencial. Reflexiona sobre la fugacidad de los placeres, la incertidumbre que rodea al saber humano, la futilidad de los esfuerzos y bienes de los hombres, la caducidad de todo lo humano y las injusticias de la vida.
La incertidumbre de la existencia es el centro de las reflexiones de Kohélet. Nos invita a disfrutar de la vida, pues nunca podemos estar ciertos de qué nos deparará y también las alegrías de este mundo son un don de Dios. Recomienda aceptar con serenidad las desgracias y la adversidad, pues también ellas serán tan pasajeras como lo es todo en la vida del hombre. La injusticia que con frecuencia domina lo humano, el valor de la sabiduria a pesar de sus inevitables límites, lo inútil de todo afán del ser humano que necesariamente concluye con la muerte, son algunos de los temas intemporales sobre los que reflexiona. Resuena la voz de Kohélet en Ecle. 12, 8 según la versión Reina Valera:
"Vanidad de vanidades", dijo el Predicador, "todo es vanidad"
La traducción del inglés en la NVI del mismo versículo:
"Meaningless! Meaningless!" says the Teacher. "Everything is meaningless"
"Sin sentido! Sin sentido!" dice el Maestro. "Nada tiene sentido"
La conclusión principal del Eclesiastés refleja el conocido precepto del carpe diem: disfruta del día, disfruta del momento, aprovecha lo que la vida te ofrece. Quizás el mejor extracto de esta propuesta existencialista se encuentre en Ecle. 9:
Anda, come con alegría tu pan y bebe de buen grado tu vino, que Dios está ya contento con tus obras. En toda sazón sean tus ropas blancas y no falte ungüento sobre tu cabeza. Vive la vida con la mujer que amas, todo el espacio de tu vana existencia que se te ha dado bajo el sol, ya que tal es tu parte en la vida y en las fatigas con que te afanas bajo el sol. Cualquier cosa que esté a tu alcance el hacerla, hazla según tus fuerzas, porque no existirá obra ni razones ni ciencia ni sabiduría en el she'ol a donde te encaminas»
Eclesiastes 9:7-10
Se señala a menudo la conexión del Eclesiastés con el libro de Job. La pregunta ética por la justicia, o la pregunta por el sentido del sufrimiento, que Job plantea, tiene un contexto de creencias semejante. Así, al final del libro de Job, éste, al depositar su confianza en Dios, alcanza una vida larga y próspera y mucha descendencia, la máxima expectativa de un ser humano.

En fín, Dios proverá.